Tuesday, February 16, 2010

MIEDO AL DOCTOR?

¡Ya sé! Tienes un nene de dos años aproximadamente, que tiene pavor a ir al doctor. Y a ti la verdad te tienen medio preocupada, porque te provoca una situación incomoda: ves a tu niño llorar, gritar, que no se permite ser revisado o hasta a veces hay casos en que vomitan de la desesperación.


Quizás si pensáramos con mente de niños llegaríamos a comprenderles. Pensemos que para un niño sano, ver al médico es algo que sucede una vez cada mucho, y a que crece incluso se van espaciando más. Ello más el hecho de que la revisada suele ser muy rápida, impiden que pueda generarse un vínculo que genere confianza.

Sin confianza, el médico no es más que un extraño, que pide que nos desvistamos y nos dejemos revisar. Lo cierto es que es algo que todos debemos aprender a sobrellevar, y que los padres no pueden ni deben evitar a su niño. Es un momento incómodo, pero lo hacemos por el bien mayor de nuestro hijo. Por tanto, debemos saber como manera estas instancias para transformarlas en un momento lo menos desagradable posible.



En primer lugar, siempre hay que avisarles con no mucha anticipación que van a ir a ver al doctor. No debemos nunca avisarles con más anticipación que un día, y tampoco debemos llevarlos “engañados”. Esto haría que nuestros hijos pierdan la confianza en nosotros, y eso el lo menos que debemos hacer o buscar.

Otro aspecto que suele ayudar, los días antes a ir al médico, es jugar con él al doctor tratando de imitar aquellos elementos típicos de un consultorio para que, mediante el juego, pueda desarrollar su fantasía y empezar a trabajar y eliminar los miedos.

En segundo lugar, es buena idea proponerles que lleven juguetes, materiales para dibujar o algún librito para entretenerse en la sala de espera. Si se distraen todo les parecerá menos tortuoso o ceremonioso. Si tienen un almohadón, un muñeco o una sábana, al que recurren habitualmente para dormir, o cuando están angustiados, es muy importante que lo lleve.

Otro aspecto que ayuda, es organizarles para después de la visita al medico, algún evento divertido o interesante. Podemos avisarles que a la salida del médico los vamos a llevar al zoológico, a la casa de algún amigo o familiar, a un restaurante, o cualquier cosa que a él le parezca atractiva. Pero ojo, la idea no es presentar esto como un premio por haber ido al médico, ni condicionar esta salida a cómo va a ser su comportamiento en el médico.

Tampoco hay que hacer advertencias del tipo “espero que te portes mejor que la vez pasada”, sino más bien tomarlo con naturalidad y desdramatizar la situación.

Y por supuesto, en el caso de que el miedo no pueda superarse y los padres sientan que no pueden manejar la situación, deben siempre hablarlo primero con un pediatra y luego, de ser necesario con un psicólogo.
Escrito por: Yabebiry
http://www.entrepadres.com/

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