Tuesday, September 29, 2009

PARA QUE LOS HERMANOS NO PELEEN


Todos los hermanos se quieren, pero también pelean especialmente cuando la diferencia de edad entre ellos es de tres años o menos.
Estas discusiones fraternales son muchas veces producto de las preferencias que los padres expresan hacia uno de sus hijos, pues inevitablemente los niños se preguntan a quién quieren más sus papás.
Pero hay otros muchos factores que provocan las peleas entre hermanos, que pueden generar en el hogar un alto nivel de estrés lo que no es saludable para ninguno de los miembros de la familia.
Para poder solucionar este problema que a veces puede convertirse en un verdadero campo de batalla hay que comprender primero las causas o posibles razones.
Cuando el niño está muy pequeño no comprende que prestar un juguete no es perderlo del todo si no que está compartiendo. Por eso, muchas peleas se inician por la posesión de algún objeto.
De igual manera, un motivo bastante común es que el hermano mayor se sienta con mayores privilegios, dé órdenes y crea que tiene derechos que los otros no tienen. De esta forma, el hermano más grande intentará por todos los medios de mantener esos privilegios y los menores querrán anticipar de ellos también por lo que empiezan los pleitos.
Para evitar estos enfrentamientos, le recomendamos que nunca compare entre sus hijos. Ellos son seres particulares, con su personalidad y capacidades bien definidas desde que nacen, por lo que cualquier comparación es injusta.
Por otro lado, es buena idea que no los obligues a compartir a menos que sea necesario. La idea es enseñarles que el préstamo de sus juguetes no implica ninguna pérdida y luego enseñarles que el compartir puede ser divertido, porque pueden jugar juntos. Pero ten la precaución de que no sea impuesto, pues él sentirá que tú le estás quitando sus cosas. No les pidas demasiado. Recuerda que sus capacidades y formas de actuar están condicionadas según su edad. No pueden pensar de la misma manera que tú lo haces, ni tampoco se van a comportar como un adulto. Duermen a diferentes horas, les da hambre a diferentes horas, y tienen necesidades muy diversas. Respétalos.
También es recomendable evitar lo más posible el aburrimiento de los niños ya que se ponen de mal humor y empiezan a pelear casi instantáneamente. Asimismo, es muy aconsejable que aunque es bonito que los hermanos realicen actividades juntos para alimentar el vínculo entre ellos, es necesario que se desarrollen particularmente como personitas que son, por lo que no exijas que siempre hagan lo mismo juntos, ni los vistas igual.
Una buena forma -y además educativa, es que tu hijo mayor puede aprender a tener paciencia y a ser más conciliador, debido a que él puede asumir mayores responsabilidades, por lo que lo puedes hacer tu aliado y pedirle que no maltrate a su hermanito.
No olvides reconocer de alguna manera su comportamiento cuando ellos logren arreglar sus diferencias sin que un adulto intervenga y sirva de mediador. Ellos se sentirán mejor y tratarán de hacerlo más a menudo, por que en todo caso al final irán comprendiendo que es mejor jugar juntos que estar enojados todo el día.

Artículo: www.solonosotras.com

Tuesday, September 22, 2009

COMO SABER SI YA ES HORA QUE TU NIÑO APRENDA A IR AL BAÑO SOLITO


Parece que fue ayer cuando le cambiaste el primer pañal a tu bebé, y cuando te das cuenta, tu pequeño ya está listo para aprender a ir al baño solito. Aunque no hay una edad mágica en la que los niños están automáticamente preparados para dejar de usar pañales, la mayoría de ellos habrán desarrollado las habilidades físicas y cognitivas necesarias entre los 18 y los 24 meses (aunque hay niños que no están listos hasta que tienen casi 3 años de edad, o incluso 4). Para ayudarte a determinar si ha llegado el momento, hemos elaborado una lista de las principales señales que indican que tu pequeño está listo. Recuerda que si empiezas antes de que tu niño esté realmente preparado, seguramente no terminarás más temprano.
No tienes que esperar a que tu niño cumpla todos los requisitos de esta lista para empezar a enseñarle; lo más importante es que notes que, de manera general, tu niño se está volviendo independiente y comprende lo que significa ir al baño como los adultos.

Tu niño podría estar listo para dejar los pañales si:

Señales físicas • Tiene suficiente equilibrio y coordinación para caminar, y hasta correr con firmeza.

• Orina bastante de una sola vez.

• Hace del baño regularmente y sus deposiciones son blandas y bien formadas.

• Se mantiene "seco" por períodos de por lo menos tres o cuatro horas (esto indica que los músculos de la vejiga se han desarrollado lo suficiente para retener y almacenar orina).

Señales de comportamiento
• Es capaz de sentarse y mantenerse en la misma posición por dos a cinco minutos.

• Puede subirse y bajarse los pantaloncitos por sí solo.

• Le molesta tener sucio el pañal.

• Trata de imitar a los adultos cuando van al baño (quiere verte ir al baño, ponerse ropa interior, etcétera).

• Demuestra físicamente que está haciendo del baño (hace ruidos, se agacha, o te lo dice).

• Muestra que le gusta ser independiente.

• No es un niño que a todo dice que "no".

• Se muestra orgulloso de sus logros.

• No parece resistirse a aprender a usar el orinal infantil.

• Está en una fase en que de manera general se muestra cooperativo (no lleva siempre la contraria ni le dice "no" a todo).

Señales cognitivas • Obedece instrucciones sencillas (por ejemplo, "dame el juguete").

• Comprende la importancia de guardar las cosas en su lugar.

• Tiene palabras (pueden ser las suyas propias) para las evacuaciones y la orina.

• Sabe cuando tiene que hacer del baño (percibe las señales físicas) y es capaz de decírtelo antes de hacerlo.

Por Baby Center en español.

Wednesday, September 16, 2009

LA LONCHERA DE NUESTROS HIJOS


La lonchera de nuestros hijos tiene que contar con una adecuada planificación y elaboración acorde a la edad de su hijo, puesto que influye directamente sobre el desarrollo y desempeño del niño, el cual requiere un adecuado balance de alimentos y nutrientes a lo largo del día, incluyendo la lonchera escolar.
La hora de la lonchera es el momento en el cual su hijo recargará sus energías y los nutrientes que necesitan para que su buen rendimiento académico se mantenga constante desde que salen de casa hasta que llegan nuevamente, representando entre el 10% y el 20% de lo que deben consumir durante el día.
Los niños en edad preescolar se encuentran en pleno crecimiento físico y emocional, son activos, curiosos y aprenden rápidamente. Los hábitos alimenticios son influenciados directamente por los padres, quienes son los responsables de crear esta sólida base. Los niños en edad escolar continúan creciendo y desarrollándose necesitando también de un buen hábito alimenticio que de no haber sido bien formado durante la etapa preescolar, será un dolor de cabeza, porque a esa edad ellos toman sus propias decisiones en cuanto a qué comer y qué no comer, nosotros podemos enviarles una lonchera nutritiva y ellos pueden terminar intercambiando su lonchera con otro compañero o simplemente no la comen. Las loncheras deben contener los siguientes grupos alimenticios:
Hidratación: para evitar la deshidratación y el cansancio debido al tiempo que permanecen en el jardín de infancia o colegio. Son ideales los jugos, infusiones o agua; evitando las bebidas gasificadas.
Defensas: compuesto por alimentos reguladores, ricos en vitaminas y minerales que tienen la función de proteger a los niños del contagio de enfermedades. Son ideales los jugos y frutas.
Formadores: los alimentos formadores son ricos en proteínas que favorecen el crecimiento de los niños. Son ideales los lácteos en general como la leche, queso, yogurt; así como los huevos, maní, nueces, carnes, etc.
Energéticos: son alimentos ricos en carbohidratos que son como el combustible del cuerpo, destacando el grupo de los cereales presentados en diferentes formas, como el pan, galletas, cereales en hojuelas, etc.

Tuesday, September 8, 2009

LOS BERRINCHES


Los berrinches son una manera como los niños pequeños se expresan, pero pierden el control de sus emociones. Son arrebatos de emociones que se presentan como llantos, gritos, golpes, etc. Esta es su manera de expresar sentimientos de tristeza, cansancio, entre otros.

Los berrinches son una parte normal del desarrollo de un niño porque emocionalmente es el momento en que los niños experimentan con la independencia. Por eso muchas veces el niño siente que no puede controlar sus emociones. Están tratando de buscar su independencia, pero a la vez no son lo suficientemente maduros como un adulto para ser capaces de tomar sus propias decisiones.

Un niño trata de manifestar su autonomía a los dos años. Una manera constructiva es darle al niño dos opciones y hacerlo sentir que está tomando una decisión. Esto no quiere decir que debemos darles lo que quieren porque están haciendo un berrinche. Lo último que usted debe hacer es ceder. Lo usarán en contra suya cada vez que quieran algo.

Definitivamente hay niños que tienen mayor tendencia a los berrinches. La clave es evitar situaciones que puedan causar un berrinche. Si esto es imposible entonces los padres deberán ejercitar la paciencia y la calma. Esta calma será transmitida al niño.

Una manera de manejar los berrinches es ignorar al niño cuando está teniendo un berrinche. No le dé al niño lo que quiere porque esto sólo fomentará este comportamiento. Primero, los padres deben asegurarse de que el niño no se haga daño. Una vez que el niño se ha calmado, los padres deberían de tomar la oportunidad para enseñarle y explicarle al niño la manera apropiada de comportarse. Enséñele al niño a expresar sus sentimientos a través de palabras y enséñele a pedir las cosas sin hacer un berrinche.

Julie Ruelas
Especialista en Desarrollo Infantil

Tuesday, September 1, 2009

COMO CALMAR EL MIEDO DE LOS NIÑOS


Los niños pequeños y sus miedos Es normal que tu niño pequeño tenga miedo. Al fin y al cabo, la ansiedad es una condición natural que nos ayuda a sobrellevar nuevas experiencias y a protegernos del peligro.
Algunos niñitos temen cosas o situaciones muy específicas como los insectos, los perros, la oscuridad o los ruidos fuertes, como el de la aspiradora. A otros les asustan las situaciones nuevas o las personas desconocidas. La mayoría de estos miedos, puedes estar segura, irán desapareciendo poco a poco a medida que tu hijito se vaya sintiendo más seguro de sí mismo y de su entorno.
¿Qué es lo que más asusta a tu pequeño? ¿Los animales? ¿El agua? ¿La oscuridad? Por favor mándanos un comentario a nuestro Blog de Corazón Alimentado.

LO QUE TU PUEDES HACER PARA CALMAR SUS MIEDOS Las siguientes estrategias te ayudarán a hacer que tu hijito se sienta más seguro, pero no esperes que tu pequeño supere inmediatamente sus miedos. Pueden pasar varios meses, o incluso un año, hasta que tu niño logre vencer un temor. Mientras tanto, no te sorprendas si tu pequeño parece estar obsesionado con lo que más le asusta, dibujándolo, diciendo que sus muñequitos tienen miedo, o hablando sobre el tema sin cesar. Ésa es precisamente su manera de elaborar sus inquietudes.

No menosprecies sus miedos. Puede que te parezcan tontos o irracionales, pero para tu niño son temores muy reales y serios. Procura no reírte ni tratar de disminuir lo que él siente cuando se asuste ante, por ejemplo, el ruido de una sirena de ambulancia o la descarga de agua del inodoro. Asegúrale que tú también sabes lo que es sentir miedo, reconociendo su aprensión y hablándole de algo que te asusta a ti ("A mami no le gustan las montañas rusas"). Al sentir tu comprensión y apoyo, tu hijo aprenderá que tener miedo es normal y que es mejor enfrentarse al miedo que tratar de encubrirlo.

Si tratas de convencer a tu pequeño de que no hay nada que temer, seguramente el tiro te saldrá por la culata. Lo único que lograrás es que se sienta aún más molesto si le dices algo como, "No te preocupes, no hay ningún motivo para tenerle miedo al perrito". Lo mejor que puedes hacer es ofrecerle seguridad y confianza diciéndole tranquilamente: "Sé que el perrito te da miedo. Me puedes dar la mano y caminar a mi lado. Si no quieres, te puedo alzar en brazos".

Ofrécele un "talismán". Un objeto que pueda transmitir seguridad, como un muñequito, cobija o un viejo osito de peluche, les ayuda a muchos niños a superar sus miedos. Esta clase de objetos pueden brindarle calma y seguridad a tu hijo, sobre todo cuando tengas que alejarte de él, como al dejarlo en la guardería o de noche al acostarlo.

Su "talismán" también le ayudará a enfrentar situaciones que le causan temor, como saludar a una persona desconocida, participar en un nuevo grupo de juegos, o ir al doctor. O sea que permite que tu pequeño ande con su muñequito o cobija especial. Lo más probable es que deje de cargar ese monito ya casi sin pelo antes de cumplir los 4 años de edad. Para entonces ya habrá aprendido otras maneras de calmarse en las situaciones que le asusten.

Explica, expón y explora. A veces un niño logra superar su miedo tras escuchar una explicación sencilla y racional. Es posible que logres eliminar el miedo de tu hijo de irse por el tubo de desagüe cuando se vacía la bañera, diciéndole: "El agua y las burbujas sí pueden irse con el agua, pero los patitos de goma y los niños no". O explícale que las ambulancias tienen que hacer un ruido muy fuerte para que los autos las dejen pasar.

A algunos niños también les ayudan las demostraciones en vivo. Es posible que tu niño se tranquilice al ver que aunque la aspiradora absorbe migajas de pan, basura y arena, no puede aspirar su tren de juguete ni los zapatos de papá (elige uno sin cordones para demostrárselo). Igualmente, puedes pasear con tu niño al atardecer para enseñarle a ver la noche como algo bello y mágico en lugar de terrorífico. O si tu niño tiembla cuando sugieres un corte de pelo, haz que el peluquero te corte primero uno o dos mechones a ti para demostrarle que no duele.

Si la raíz de sus miedos está en alguna experiencia pasada (si, por ejemplo, los pinchazos de las vacunas anteriores ahora ponen muy nerviosa a tu niña cada vez que tiene que ir al doctor) no trates de decirle que esta vez no va a pasar nada. Pero tampoco insistas en el lado negativo. Dile suavemente que aunque la inyección duela al principio, va a ser muy rápida, y que después las dos pueden hacer algo divertido, como ir al parque o a tomar un helado (¡y no olvides cumplir tu promesa!). La perspectiva de una recompensa podría ayudarle a superar el miedo al pinchazo.

También puedes ayudar a tu hijito a aprender más acerca de las cosas que lo asustan, mostrándoselas de una forma menos amenazadora. Si los disfraces de Halloween lo aterrorizan, puedes leerle cuentos o mostrarle videos sobre brujas buenas, fantasmas amigables o gatitos negros simpáticos. Si los animales le dan miedo, tal vez le ayude visitar un pequeño rancho, zoológico o hasta la casa de algún amigo donde pueda tocar y alimentar a animales pequeños y tranquilos, o acariciar a cachorritos.

Otra forma de tranquilizar a tu niño pequeño es contándole una historia inspiradora acerca de otro niño que logra hacer algo que le da miedo y sale victorioso y satisfecho. Invéntatela si quieres, o busca algún libro infantil sobre el tema en la biblioteca de tu vecindario.

Encuentren juntos una solución. Si a tu niño le asusta la oscuridad, coloca una lucecita nocturna en su habitación. Otras tácticas que puedes usar para acabar con los temores nocturnos incluyen el uso de un "guardián" (uno de sus animalitos de peluche), "poción contra monstruos" (agua en un rociador), o palabras mágicas que espantan las visitas no deseadas.

Al probar diferentes estrategias, tú y tu hijo descubrirán cuales son las que le proporcionan mayor fuerza y control para lograr vencer sus miedos.

Prepáralo a través del juego. Si a tu hijito le aterrorizan las visitas al doctor, puedes ayudar a atenuar su miedo jugando a ir al médico (los utensilios médicos de juguete son buenos para esto). Algunos niños se sienten más confiados si sus papás les permiten traerse su propio "equipo médico" a las citas con el doctor.

Si tu niño se esconde detrás de tus piernas al ver a un desconocido, puede que se sienta más seguro después de jugar a saludar a un nuevo amigo con sus muñecos y animalitos. Si lo que le asustan son las máscaras y disfraces, jueguen a disfrazarse.

Controla tus propios miedos. Si tu hijita te ve gritar y correr cuando hay una araña en la habitación, o nota lo nerviosa que te pones si tienes que ir al dentista, lo más probable es que también le asusten esas cosas. Procura controlar tus propios miedos o, al menos, no mostrarlos de forma muy intensa.

Está bien, sin embargo, que le confieses que a ti tampoco te gustaba ir al dentista cuando eras niña, pero que ibas de todos modos para mantener sanos los dientes. A tu niño le ayudará saber que no es el único que tiene miedo y que, como tú, aprenderá a superarlo.

Pide consejos. Coméntales los miedos específicos de tu niño a otros padres, y pídeles su opinión sobre cómo superarlos.

SEÑALES DE QUE ALGO ANDA MAL
Si los temores de tu hijito interfieren con su rutina normal diaria (si se niega a lavarse la cabeza por pavor al agua, o no quiere salir a la calle por miedo a encontrar un perro) habla con su médico sobre el problema, sobre todo si crees que sus inquietudes han crecido con el tiempo. Es posible que tenga una fobia verdadera (que es un miedo intenso, persistente e irracional), o algún trastorno de ansiedad.

También debes hablar con el doctor de tu niño si su miedo se vuelve tan intenso que no logras calmarlo de ninguna manera.

Escrito para BabyCenter en Español
Aprobado por la Junta de Asesores Médicos de BabyCenter

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